Una promoción fallida de viviendas de lujo se convierte en hogar de acogida

La Laguna destina a uso social cinco casas a estrenar del casco histórico inicialmente enfocadas al mercado libre y de 'alto standing'

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Patio interior del conjunto de viviendas. Foto: Facebook de Muvisa

Pretendía ser la gran apuesta de la empresa municipal de vivienda, Muvisa. Cinco viviendas de lujo en pleno centro histórico de la ciudad destinadas al mercado libre. Materiales de primera calidad, suelos de parquet, un patio interior con un aljibe de época, garaje, trasteros individuales. Su precio, entre 522.648 y 296.824 euros según el número de habitaciones. Seguramente la promoción de vivienda pública más arriesgada jamás vista por estas tierras.

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Fachada exterior de las nuevas viviendas sociales. Foto Muvisa

Una operación finalmente fracasada que el Ayuntamiento de La Laguna quiere convertir ahora en una oportunidad. Esta semana ha anunciado, desde su concejalía de Bienestar Social, que las cinco viviendas serán destinadas a dar cobijo a personas necesitadas, convirtiéndose así en el primer espacio de acogida gestionado directamente por la administración local.

Todo un alivio, de paso, para la sobrecarga asistencial que desde hace años soporta el único albergue del área metropolitana, a cargo del Ayuntamiento de Santa Cruz. El de La Laguna llevará el nombre de Clemencia Hardisson, en recuerdo a una lagunera de principios del siglo XX, apodada la condesa roja por su fuerte compromiso político y cuya vida también estuvo marcada por la generosidad social: donó solidariamente las tierras que tenía su familia en el barrio de Gracia y ayudó a muchas familias sin recursos de la zona.

Vista interior de las viviendas de Tabares de Cala. Foto: Muvisa

Construidas hace algo más de una década, la viviendas de lujo situadas en la calle Tabares de Cala (esquina con la calle Anchieta) nunca llegaron a estrenarse como tales. El uso asistencial será su primer actividad y, por consiguiente, su tardía inauguración. Los usuarios que acoja serán personas sin una alternativa habitacional y, a cambio, deberán involucrarse en programas y acciones de inserción social.

La crisis que ha acompañado a la pandemia está obligando a los ayuntamientos a ser imaginativos en la búsqueda de soluciones ante la creciente presión asistencial que están recibiendo, y este caso de La Laguna es un ejemplo más: viviendas destinadas al mercado de alto standing convertidas en hogar de los sin hogar.