Pedro Marrero | @marrero_pedro
El pasado fin de semana nos asaltó una gran duda, más gastronómica que existencial. Nos apetecía con igual intensidad disfrutar de la inigualable gastronomía local y de un icónico plato cuyos orígenes, aunque existen interminables debates sobre el mismo, vamos a situar en Italia. En Nápoles, para ser exactos. Esto es, una pizza. Pero ¿por qué no disfrutar de ambas vertientes culinarias?, nos preguntamos. Y así hicimos. Pusimos rumbo a Tejina, al restaurante Inverdaderito. La excusa perfecta, como si necesitáramos alguna, para visitar uno de los emblemáticos pueblos de la costa lagunera.

Allí, en una estupenda terraza y a la sombrita, disfrutamos de una pizza de carne de cabra. Una, a nuestro modesto entender, acertada fusión entre dos estilos culinarios bien distintos, pero apreciados por igual: la comida canaria y la italiana. Bueno, la primera un poco más. La guinda a tan curioso, y sabroso, plato la ponen las papas fritas, tal y como se aprecia en la imagen que ilustra esta pequeña historia.
“Curiosa mezcla”, dirán quienes no hayan probado aún una pizza de carne de cabra cuyo precio, cinco euros, es más que acorde a estos tiempos complicados. Pero, no nos conformamos con la pizza. No faltó la ropa vieja y la carne fiesta, joyas de nuestra gastronomía típica que no vamos a descubrir ahora, precisamente. Nos limitaremos a decir que estaban muy buenas. Hasta el pan lo estaba.
Un detalle importante: tuvimos que llamar para pedir mesa por las restricciones sanitarias y la gran afluencia de comensales. Aunque, por la calidad de la comida, el agradable ambiente, la buena atención y los ajustados precios, no nos extrañaría que, una vez superada la crisis sanitaria y levantadas todas las restricciones, siguiera siendo necesario llamar para pedir mesa. El número lo tienen en la página de Facebook del Invernaderito. Buen provecho.